Mons. Pierre Claverie un amigo de los Argelinos

Mons. Pierre Claverie un amigo de los Argelinos

576 vues • 23/01/2018 • 32:36

Argelia 1991-2002, le “década negra”. Crisis política y democrática, crisis profunda del islam, que costará la vida a 150.000 personas, sobre todo argelinas y musulmanes. Entre ellas, 19 religiosos y religiosas, 19 semillas plantadas en esa tierra que ellos habían escogido. Se entregaron por los argelinos. Murieron entre ellos, gratuitamente. Pierre Claverie, dominico, obispo de Orán, fue uno de ellos.
Nacido en Argelia cuando ésta era aún francesa, decidió asociar su historia a la de los argelinos luego de su independencia y salir decidido al encuentro del otro. Se hace amigo de los argelinos, amigo de los musulmanes. Escoge estar ahí en donde su Señor se puso, sobre las líneas de fractura de la humanidad. Será asesinado en la puerta de su obispado el 1º de agosto de 1996 con Mohamed Buchikhi, un joven argelino que lo llevaba al aeropuerto.


Ce film est réalisé par la Communauté du Chemin Neuf via le réseau international de prière « Net for God ».

Pour plus d'informations : www.netforgod.tv
Pour nous contacter : netforgod@chemin-neuf.org
Pour nous aider : https://www.tipeee.com/net-for-god-fr

FOI 17 05 ES
moins

Langues :
Español
Ce média est aussi disponible en :
Français
Deutsch
(arabic) العربي
Créole mauricien
Magyar
Italiano
日本 (japanese)
Kirundi
Lietuvių
Malagasy
Nederlands
Polski
Português
русский (russian)
Česky
Original sous-titré
English
Chaîne: Net For God

Regarder la bande-annonce

Kit d'animation

Intercession du mois

Señor, tú has venido primero a nuestro encuentro aun cuando estábamos lejos de ti. Danos la gracia del encuentro con ese otro diferente a nosotros y al que le tememos. Ven y desarma en nosotros y en el otro toda violencia, encierro, desprecio y odio.
Te pedimos por la Iglesia de Argelia, para que pueda seguir siendo un signo de tu amor por todos. Te entregamos a la Comunidad Chemin Neuf y su presencia en el monasterio de Tibhirine.

Parole du mois

“El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me eché para atrás”

Isaías, capítulo 50, versículos 4 y 5